Por Paco Cañamero
Alfonso Navalón ha sido el crítico de Madrid. En esa plaza marcó una época y durante más de 20 años dejó impronta de su conocimiento y rigor profesiosional. Prueba de ello fue que ese público lo sacó en hombros hasta en dos ocasiones, además de gozar de una popularidad que, ni de cerca, alcanzó crítico alguno.
Por eso, por defender la pureza del toreo y por fomentar que tantos jóvenes se adentraran en la Fiesta para hacerse aficionados merece una placa en La Ventas. Una placa de verdad y ganada con todo merecimiento. Sobre todo por lo difícil que resulta ver cómo otros críticos gozan de ese privilegio y Alfonso, que ha sido el mejor, todavía no la tiene. Es de justicia y lucharemos para conseguirla.
viernes, 7 de mayo de 2010
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